domingo, 22 de agosto de 2010

Ahora o nunca (Parte IV)

Él salió corriendo unos minutos después del trato hecho con el boticario. Corrió para poder alcanzarla, pero ¿qué le iba a decir? "Hola de nuevo, perdona que irrumpa aquí en tu casa y te distraiga de tus menesteres, pero es que tengo que decirte que te quiero ya incluso antes de saber tu nombre."
No, era imposible. Así que disminuyó el ritmo poco a poco. Su aliento ya estaba alterado y su corazón parecía salirse. Sentía algo raro en el pecho, distinto al del típico nerviosismo. Parecía que desde lo más profundo de su ser había una nueva fuerza que hacía que sus ojos quisieran perderse en la oscuridad de sus cavidades. Necesitaba sentir algo más que no fuera un tropiezo con el talón de aquella mujer. Necesitaba algo más de ella. Necesitaba ser necesitado... por ella.
Se inclinó y ambas manos se posaron en sus muslos. Parecía querer recuperar el aliento que no había perdido porque apenas había corrido. Sólo suspiró y una maldición salió de su boca, lo cual llamó la atención de una mujer de mediana edad con nariz grande y pañoleta en la cabeza. Recuperó la postura erguida y empezó a caminar de nuevo, esta vez con parsimonia. Esta vez con la dirección que le habían provisto puesta en la esquina.
"¿A qué vas a ir? Ni siquiera sabes si a ella le gustas... Pero ella es tan guapa... Sería una tontería no intentar, por lo menos, robarle un beso."
De repente se dio cuenta de lo pesada que se hacía su ropa por el agua. Por la bendita lluvia que le había llevado a conocerla.
"¿Qué vas a perder, pedazo de tonto? ¿Por algo todo esto habrá pasado? Yo sigo creyendo en el destino y quizás sea ella..."
Aceleró el paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario