sábado, 22 de octubre de 2011

Opciones (Capítulo II)

"Hold me, love me." (Eight Days A Week. The Beatles)

Así está la cosa: soy un malnacido para muchos, pero quizás sea todo un héroe para otros. A veces me gusta hablar con mi héroe malnacido personal. Mi tío Patricio. Él es un ciudadano más que le gusta llevar su vieja gorra, su bastón, sus pantalones de pana color verde oliva y su chaleco de punto marrón. Vive en su pueblo, a pocos kilómetros de la ciudad monumental. El viejo tito Patricio es uno de esos rojos que vive asqueado de la sociedad actual, aunque él mismo no cree que sea de izquierdas. Él se define como un tipo racional, como yo (aunque él no le pega a nadie). La última vez que estuve en su vieja casa de piedra en la calle de los Herreros, cerca de la Plaza de España en su diminuto pueblo, me dijo:

- ¿Sabes qué? -miraba a la nada y su cara era inexpresiva.
- ¿Qué?
- Que hagas lo que te salga de los cojones.
- ¿Eso a qué viene? ¿Te ha dicho algo mamá?
- No, sólo que recuerdo mi juventud. Lo tonto que fui.
- Bien, un nuevo discurso de filosofía patriciana, ¿eh?
- No me hables como si fuera un viejo chocho que no sabe lo que dice. Seguramente yo haya leído mucho más que tú y toda tu estúpida clase en la facultad.
- Sabes bien que es broma...
- ¿Sabes qué más es broma, hijo? Todos tus sueños. Todos los días cuando voy a Salamanca, me paso por la librería en la calle Meléndez buscando algo interesante para leer, y me topo con estos libros que sólo dicen gilipolleces sobre el universo, o dios o religiones absurdas. Ha llovido ya mucho sobre este campo, pero aún no nos hemos fijado que quizás haya que sembrar en otra parte. Nadie se ha enterado que lo que pregonaba el Zaratustra de Nietzsche es verdad, que dios en sí ha muerto. Seguramente más ahora que entonces, cuando él lo publicó. Siempre decía el cura -cuando yo iba a misa, claro- que "dios está en cada uno de nosotros." Y ahora es algo innegable. Las antiguas costumbres solían pedirte un compromiso extremo con la deidad judeo-cristiana... aunque luego los cabrones de los curas se quedaban con todo y para dios nada de nada... pero bueno. La cuestión es que ahora, cuando voy a la ciudad no dejo de fijarme en la cantidad de necesidades creadas para engañarte a ti y a todo el mundo. No deja de sorprenderme el encontrarme con letreros que ponen "Lo que necesitas. X a Z precio" y que luego veas el X en las manos del resto del abecedario. Y me fijo en lo muertos que estamos, o al menos lo zombies que parecemos. Todos trabajando para ganar dinero y devolvérselo a los empresarios. Si dios está en cada uno de nosotros, ahora mismo está muerto o anda en las últimas.
- Eso es capitalismo, Patricio.
- ¿Me vienes a dar clases tú a mí de economía? -dijo con una sonrisa dibujada y sacándose un puro del bolsillo de su camisa.
- Tranquilo... -le devolví otra sonrisa esbozada- Ya sabes lo payaso que soy.
- El caso es que no acabo de creerme lo increíblemente estúpidos que los seres humanos podemos llegar a ser, ¿sabes? Tropezando constantemente con las mismas piedras. Llorando por lo mismo que lloramos ayer, sonriendo bajo el efecto dopante de las promesas vacías de políticos, presentadores de televisión, aparatos nuevos o con la mirada perdida en el canalillo de un par de tetas. Ha pasado mucho ya desde que construimos la primera herramienta y, siendo honestos, tú no necesitas que el móvil nuevo te diga qué tiempo hace, sabiendo que puedes salir a la calle y comprobarlo, ¿verdad?
- Verdad.
- Pero la cuestión es que en los anuncios dicen que el que un aparato que cabe en tu bolsillo te diga si hace sol es lo "guay"... como guay también es esa música horrible que suena.
- Oh... eso, la música...
- La música ha cambiado muchísimo, ¿no te parece?
- Bueno... eh...
- Calla, hombre. -me interrumpe y levanta la mano- ¿tú qué vas a saber si la música buena se escuchaba en mi tiempo? Por fortuna crecí en esa época donde había orquestas acompañando a hombres con voces masculinas y trabajadas y a mujeres de belleza pura y exquisita que no necesitaban andar diciendo que besaban mujeres ni se vestían como putas para que no repararas en su voz. Nuestros cantantes revelación eran prodigios en la guitarra, en el uso de voces... ahora están estos preadolescentes con voz fina que se visten como los negros... ¡Ja, ja! Algunos blancos se quieren vestir como negros ex-presidiarios estadounidenses y algunos negros quieren pasar desapercibidos.
- Eso es muy racista, tito.
- Esa es la maldita realidad de muchos. No he generalizado. Aprende a escuchar.
- Vale.
- La cuestión es que la música antes era música. Notabas el trabajo de alguien en lo que hacía. No veías a gente escribiendo canciones sobre lo grande que era su polla (no al menos a los verdaderos artistas). Lennon escribió "Mother", por ejemplo, ¿la has escuchado? Un tipo grande que habla de lo jodido que fue vivir sin su madre y lo rechazado que se sintió. Una melodía interesante.
- Sí que la he escuchado.
- Bien.
- A ver si te piensas que soy un inculto.
- No es que lo piense, es que ¿quién es culto? ¿Quién decide lo que es ser un erudito? ¿Quién posee la verdad y quién no? Ahora mismo tú seguramente sepas más de lo que yo puedo saber en muchísimos aspectos que incluso desconozco.
- Bueno, eso puede ser.
- La gente no entiende el concepto "relatividad". Y lo que es aún peor: no saben que este mundo se rige, en su mayor parte, por él. La verdad es siempre relativa. Para un satanista, Satán es su dios y para él será bondadoso y todopoderoso y su enemigo será el dios de los cristianos. No hay nada malo en ello, a menos que cometan una acción recriminable por las convenciones sociales, como el respeto a la vida y a la libertad. Pero, ¿sabes? Los cristianos no pueden ver a los satanistas... joder, por no poder ver, no quieren ver ni escuchar a los ateos o agnósticos. Les jode la verdad. Hablan de un dios que respeta la libertad y que ama incluso a quienes no lo aman. Yo he leído la biblia, hijo, y te puedo asegurar que de los dos dioses que habla...
- Antiguo y Nuevo Testamento -Interrumpí.
- Exacto, el dios vengativo y enfadado, y el dios que ama y respeta tu libertad. Pues eso, te puedo asegurar que el dios del que los cristianos andan orgullosos, el dios del Nuevo Testamento, no se parece en nada al que ellos te predican. Se andan golpeando el pecho y poniéndose de rodillas, pero nadie actúa como el señor Jesús de Nazaret. Nadie ama incondicionalmente ni se sacrifica. Son todos unos despreciables que desprecian la libertad de los otros. Hablan de amor, pero odian al diferente. Si te sales de su rebaño o de sus creencias, te insultan y te condenan al infierno... "¡Vas a arder en el infierno por la eternidad!" Me dijo una monja una vez... ¿ese es el dios del que tanto hablan? ¿Eso les enseñó Cristo? Ninguno de ellos tienen zorra idea de nada.
- Ya ves, tito. Yo pienso igual.
- Ya lo sé. No es la primera vez que hablamos de esto... bueno, hoy sólo he hablado yo.
- Cuando no se tiene algo inteligente qué decir, es mejor parecer un tonto y callarse.
- Sabias palabras.
- Me tengo que ir, mamá me espera para comer.
- Hala, hijo. Dale un beso a tu madre de mi parte y gracias por pasarte a saludar.
- No te creas, me pillaba de camino, por eso vine. No porque seas el tipo más agradable para hablar y mi único padre.
- Idiota.
- Te quiero, tito.


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